domingo, 20 de enero de 2013

Los consejos de Delfos


Uno siempre tiene curiosidad de lo que nos deparará el futuro especialmente cuando un año nuevo empieza, y así mismo uno quiere  vivir mejor y aprender de los errores pasados.  En la antigua Grecia las personas acudían al famoso oráculo de Delfos en busca de consejos y respuestas a sus inquietudes. Algunos salían felices con los augurios mientras otros confundidos, pero todos aquellos que visitaban Delfos estaban expuestos a dos máximas: “Conócete a ti mismo” y “Nada en exceso.”  Lejos de las supersticiones y la ambigüedad de las profecías estas dos sabias frases eran claras y tenían gran valor que ayudarían a cualquiera.  Ambos consejos han traspasado las barreras del tiempo, la cultura y el espacio,  y también han influenciado a sabios y son muy útiles para quienes quieran considerarlas.

Grecia famosa por sus filósofos y por su rica historia repleta de dioses y mitología, tiene entre sus hombres más destacados a Sócrates quien acuñó la celebre frase: “La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”  o “Solo sé que nada sé.”  Este pensamiento surgió como resultado de la profunda introspección hecha por Sócrates y fue influenciada por la inscripción “Conócete a ti mismo,” inscrita por los siete sabios sobre el templo de Apolo en el oráculo de Delfos.

Querofonte, uno de los amigos de Sócrates, preguntó al oráculo de Delfos si había en el mundo alguien más sabio que Sócrates y el oráculo le contestó que no.  El filósofo sorprendido al creer que no sabía mucho se dedicó a hablar con personas eruditas de la ciudad de Atenas y se percató que estos no sabían lo que creían saber, es decir, que ignoraban su propia ignorancia, mientras que Sócrates al ser consciente de sus carencias era por lo tanto más sabio que ellos.  

La frase "conócete a ti mismo" tuvo un profundo efecto en el filósofo griego y ayudó a forjar su doctrina.  La máxima se refiere al ideal de entender nuestro propio comportamiento humano, nuestras debilidades y fortalezas y comprender como se forja nuestra moral y pensamientos. Además recalca la importancia de la autonomía en la búsqueda de la verdad.  Así mismo nos ayuda a darnos cuenta que entendiéndonos nosotros podemos comprender a los demás ya que compartimos la misma naturaleza.

Por otro lado la frase en Delfos “Nada en exceso” es un gran consejo para todos. El rey Creso, como tantos otros, debió haberla seguido pero no lo consideró. El reino de Creso estuvo caracterizado por los placeres, la guerra y las artes; este en preparación para invadir el territorio persa quiso saber que le vaticinaría el oráculo de Delfos. La respuesta fue: “Creso, si cruzas el río Halys, destruirás un gran imperio.” La excesiva ambición del rey lo cegó y lo llevó a interpretar la respuesta ambigua como favorable para él, sin embargo Creso perdió la guerra y su reino cayó bajo dominio persa.  

Todos sabemos que los excesos son malos, y que no nos conducen a vivir armónicamente puesto que si hacemos demasiado algo tendremos debilidades en otras áreas de nuestras vidas, puesto que nadie lo puede hacer todo y menos aún todo bien. Con los excesos tarde o temprano sacrificamos algo. Creso tenía un reino amplio sin embargo su excesiva ambición le hizo perderlo todo.

Para algunos la curiosidad por saber lo que  les deparará el futuro los lleva a creer en supersticiones y buscar ayuda mística.  Hasta ahora nadie puede predecir el futuro correctamente y quizá lo mejor para nosotros sea valernos de nuestro conocimiento personal y aprender de nuestro pasado para no cometer los mismos errores, sabiendo que si somos moderados y evitamos los excesos viviremos mejor. Tal vez el verdadero valor del oráculo de Delfos no estuvo en sus profecías si no en los prácticos consejos inscritos en los templos, que son un testamento de la sabiduría humana adquirida con tiempo y experiencia.

jueves, 17 de enero de 2013

De otros Veranos



















De otros veranos
nubes lánguidas
se recuerdan.
Siguen
rayos de sol
macerando
pieles morenas.
Brota
el sudor por los poros
mojando la arena.

sábado, 12 de enero de 2013

Desgranándose en Ganas















El fuego crece y se levanta
como una fiesta de flores
esparcidas al viento
por manos de traviesas ninfas.

En el bosque
todos callan.

Nadie sabe
que el calor
de las flamas guarda
secretos del trópico…

Frente al mar
está la tierra
desgranándose
en ganas.

En la catedral
palomas vuelan
confundiéndose
con humo
del fuego que consume
recuerdos de piratas.