http://npaper-wehaa.com/elplaneta#2013/04/26/?article=1883554
“La crueldad hacia los animales no es una válvula de escape inofensiva en
un individuo sano... Es una señal de alarma”, Allen Brantley, Agente Especial
del FBI.
Cualquier persona puede cometer actos de violencia; sin embargo, el medio
en el que vivimos y la forma en la que somos criados jugará un factor
importante en cómo nos comportaremos. Además se ha comprobado que el maltrato a
animales cuando uno es joven está altamente relacionado con futura violencia y
delincuencia. Por lo que es indispensable inculcar compasión y empatía por
otros seres con vida a los niños y personas jóvenes a nuestro alrededor, y así
mismo estar alerta del comportamiento de las personas con los animales y
denunciar cualquier abuso.
La Asociación
Psiquiátrica Americana considera la crueldad contra animales como un
diagnóstico para determinar desórdenes de conducta. En varios estudios
realizados se ha comprobado que la mayoría de asesinos en serie tienen
antecedentes de maltrato a animales. También se ha demostrado que la crueldad origina
violencia, y la violencia delincuencia. Por estas razones debemos estar alertas
si vemos que alguien maltrata animales o tiene esta inclinación. “Un asesino
comienza matando y torturando animales cuando es menor de edad”, asegura Robert
K. Ressler del FBI. Una persona que abusa de un animal no siente empatía hacia
otros seres vivos y tiene mayor riesgo de ser violento contra personas. De
hecho se ha encontrado una fuerte conexión entre el maltrato a animales y la
violencia doméstica.
Muchos niños pueden
lastimar insectos o matar pájaros como parte de la exploración del mundo; sin
embargo, con el correcto asesoramiento y buen ejemplo de sus padres consiguen
comprender que los animales son sensibles al dolor y que les debemos respeto.
Por medio de las interacciones con animales los niños aprenderán a ser
responsables, a desarrollar empatía, afecto incondicional y a forjar su
autoestima.
La crueldad hacia
los animales puede ser un detector y señal de alerta hacia la violencia
intrafamiliar, ya que el abuso hacia los animales y la violencia humana tienen
una relación directa. Debemos saber que los niños que maltratan a animales o a
sus mascotas pueden ser testigos de actos crueles contra familiares, o ellos
mismos ser víctimas de abuso por algún adulto o alguien con más poder.
Lastimosamente en
familias problemáticas, los niños pueden pensar que es normal que se maltrate a
los animales y también que es común la violencia contra personas. Un estudio
reveló que en el 88% de las familias donde se maltrataba a niños, también se
había maltratado a animales. En el 66% de los casos el adulto agresor mató o
hirió a la mascota para disciplinar al niño. Desgraciadamente estos actos de
violencia sólo generan más violencia y algunos niños optan por identificarse
con el agresor y convertirse en agresores.
Es importante
reconocer el problema del maltrato animal y encontrar maneras de incrementar el
nivel de conciencia sobre el trato digno a los animales para romper los ciclos
de violencia y tener una sociedad más humana. Si tenemos mascotas en nuestra
casa debemos tratarlas bien y sin negligencia. Del mismo modo, debemos tratar
con respeto a animales que encontramos en las calles y en la naturaleza e
inculcar este comportamiento en todos en nuestro círculo. Y si somos testigos
de maltrato o crueldad contra animales debemos denunciar estos actos a
autoridades competentes.
Los padres,
adultos y comunidades que no dan importancia al abuso animal y que lo
considerar un “acto menor” no están al tanto de que es una bomba de tiempo. La
crueldad hacia los animales puede desencadenar otros tipos de violencia, y es
nuestra responsabilidad ayudar a terminar estos ciclos. Ya lo dijo el premio
Nobel de la Paz, Dr. Albert Schweitzer: “Cualquiera que esté acostumbrado a
menospreciar la vida de cualquier ser viviente, está en peligro de menospreciar
también la vida humana”.