http://npaper-wehaa.com/elplaneta#2013/02/01/?article=1802800
Con los
gastos de fin de año, San Valentín acercándose y la época de impuestos uno no
puede evitar pensar en la importancia que el dinero tiene en una relación. Es
tanto así que dentro de las causas más citadas de divorcio o separación de
pareja no sólo está la infidelidad sexual y/o sentimental sino también la infidelidad financiera, que no es otra
cosa que mentirle a nuestra pareja sobre los gastos o deudas en los que hemos
incurrido antes de casarnos o durante nuestra relación, o así mismo ocultar que
perdimos nuestro trabajo, entre otras cosas.
¿Pero
qué es la infidelidad? La infidelidad es una falta que se comete quebrantando la
lealtad que se debe a alguien o algo. Es fallar al cumplimiento
de nuestras promesas. Cuando las personas deciden compartir una vida juntos se
hacen promesas y tienen que tener en cuenta muchas variables y metas como: el
estilo de vida que llevarán, dónde vivirán, si tendrán hijos, etc. La realidad es que la mayoría de estas variables
y metas están atadas a nuestras economía, por eso es importante que las parejas discutan el
tema financiero del hogar y aclaren cómo llevarán las cuentas de la familia y a
qué se comprometerán. Lastimosamente muchas veces no se hace esta discusión a
fondo o de forma sincera u ocurre que una o ambas personas en algún momento
falla a sus promesas, y ahí comienzan las mentiras y la infidelidad financiera.
Según una
encuesta reciente de American Consumer Credit el 60% de las mujeres y el 50% de
los hombres en alguna ocasión han mentido a su pareja con respecto a temas de
dinero. Una persona
es económicamente infiel cuando oculta aspectos de sus finanzas como: cuánto
gana exactamente, si tiene deudas de estudio o tarjeta de crédito, si sufrió un
recorte de sueldo, si miente sobre el costo de cosas, o la existencia de una
cuenta bancaria, y dentro de lo más graves, si son adictos al juego,
compradores compulsivos, o propensos a gastar más allá de sus posibilidades.
En Estados Unidos y muchos países la infidelidad financiera es común, pero esto no quita que sea dañina para una relación y que tarde o temprano se convierta en un peso emocional y obviamente económico tanto para el engañado como para el que engaña. Dependiendo de la gravedad de la infidelidad financiera una relación de años puede sufrir grandes desgastes e incluso llegar a disolverse. Es un problema que no se debe ignorar. Hay que clarificar los errores rápidamente, sobretodo si las mentiras son sobre deudas, si tenemos hijos, o si hay problemas de salud en la familia.
Lo mejor es no caer
en la infidelidad financiera y ser francos sobre nuestras actividades
económicas; sin embargo, si ya se está allí y se quiere salir hay que abrir la
puerta al diálogo con la pareja en un momento propicio. También hay que comprender
que nuestra pareja puede molestarse con nosotros, por lo que hay que darle
tiempo, a la vez que hacemos rectificaciones. Mientras más temprano hablemos,
mejor. Pero lo primero es comenzar por
sincerarnos con nosotros mismos y reconocer nuestros problemas. ¿Por qué hemos
mentido, gastado en exceso, ocultado dinero…? Encontrando estas respuestas
primero seremos capaces de hablar de una forma fructífera. Para dejar atrás la
infidelidad financiera debemos estar dispuestos a trabajar en equipo,
enfocarnos en el futuro, tener presupuestos y metas claras, e incluso hacer
sacrificios económicos si es necesario.
Si creemos que el
daño emocional y/o financiero es muy
profundo sería bueno buscar ayuda de un terapeuta o psicólogo, ya sea para
conversar en pareja o para tratar una compulsión o desorden, y por supuesto sería
indispensable buscar ayuda financiera profesional si existen deudas grandes o
nuestro crédito está en riesgo. Mientras más pronto arreglemos todo, mejor para
la salud emocional y financiera de nuestro hogar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario