El
famoso científico y premio Nobel Albert Einstein sabiamente dijo: “Nada es
absoluto, todo es relativo,” y sus palabras podrían aplicarse perfectamente al
ámbito de la justicia, y en particular al caso de Trayvon Martin y George
Zimmerman. El sistema jurídico no es infalible y los seres humanos y nuestro
sentido de justicia y criterio tampoco lo son;
siembre habrán personas inocentes que terminarán siendo castigadas y otras
culpables que terminarán libres, como así mismo siempre habrán prejuicios y
predisposiciones en nuestras mentes y acciones aunque a veces queremos creer lo
contrario.
La
muerte de Trayvon Martin es lamentable y pudo haberse evitado y de hecho debe
servir de ejemplo para evitar muertes innecesarias en el futuro, pero la realidad es que se dio y que un jurado
absolvió a George Zimmerman de todo cargo criminal luego de evaluar la
información presentada en la corte; aunque para muchísimos este veredicto es
considerado injusto. Moralmente las personas del jurado trataron de hacer lo
mejor posible dada las circunstancias, tomando en cuenta la evidencia presentada,
las leyes, y recordando la importancia del concepto de probar que uno es
culpable o inocente más allá de toda duda razonable. Para sorpresa de muchos
las seis mujeres del jurado encontraron que Zimmerman actuó en defensa propia a
pesar de que fue este quién siguió al joven Martin y provocó la situación en
primer lugar, argumento que fue usado en su contra pero que no prevaleció en la
corte.
Incluso
el presidente Obama urgió al país a reflexionar con calma y a recordar que esta
en una “nación de leyes y que el jurado a hablado.” Y de una forma he cierto, seis personas del
jurado encontraron justas y adecuadas las acciones que Zimmerman tomó; sin
embargo, el criterio y razonamiento de estas seis personas del jurado no es
infalible y refleja un sentido de justicia para muchos pero no para todos,
y de hecho se está hablando y
proponiendo demandar a Zimmerman en una corte civil o en una corte de derechos
civiles. En una demanda civil se
buscaría compensación monetaria por los daños infligidos física o
emocionalmente a una persona, en este caso a Martin, y en una demanda de
derechos civiles se podría levantar cargos criminarles por violar los derechos
civiles de una persona, los cuales están protegidos por la ley federal.
Aquellos
que encuentran la decisión del jurado penosa e injusta tienen todo el derecho a
protestar y pedir que se lleve a Zimmerman nuevamente a juicio, pero así mismo deben
exigir reformar leyes controversiales o arbitrarias y reflexionar sobre
importantes temas como la salud mental de las personas, la excesiva violencia
en nuestros medios, el racismo y los prejuicios, el derecho a portar armas, la defensa propia, y la igualdad de justicia, pues
todos estos de una forma u otra han moldeado este caso. ¿Estar armado no le da a la gente acaso extra
valentía por lo que terminan actuando sin pensar en las consecuencias y
creyéndose invencibles? Tal vez si Zimmerman no hubiese tenido un arma este
hubiese permanecido en su vehículo, pero quizá el hecho de estar armado lo hizo
creerse infalible para salir y confrontar a cualquiera. ¿No hay acaso una errónea
y constante idea en la mente de muchos de que la violencia es la forma adecuada
de resolver las cosas? Esto gracias a la
excesiva exposición a la violencia en nuestros medios, que no a hecho otra
cosas que causar insensibilización en las personas y que ha sido comprobado por
varios estudios.
Hace
bastante tiempo atrás vi una película llamada “12 Angry Men” (12 Hombres en
Pugna) que trata sobre un jurado que esta deliberando un caso y que de un
veredicto casi unánime de culpable, luego horas de análisis de testimonios y
evidencia, optan por uno de inocente. Luego de ver esta película mi perspectiva
sobre el sistema legal y sobre la infalibilidad del criterio humano se expandieron.
Mucho de nosotros queremos creer que moralmente hacemos lo adecuado y que somos
imparciales, pero la realidad es que muchas veces no somos realmente justos, críticos,
profundos, empáticos, y pacientes, y sobre todo muchas veces no conocemos todas
las cosas. Esta película que no tiene
casi nada de violencia y más bien es puro dialogo, es un testimonio de lo
complejo que somos los seres humanos, de nuestras virtudes y fallas, de la fragilidad
del sistema legal y su relatividad.
Alcanzar un completo nivel de justicia e imparcialidad
es casi imposible, por lo que a veces creer en un sentido de justicia divino y
de que nuestras conciencias o destinos sabrán juzgarnos debidamente tarde o
temprano son necesarios para seguir adelante en muchos casos. Así lo dijo el padre de Martin, a su familia
le queda la fe.
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