martes, 7 de mayo de 2013

El peligro y la belleza de las teorías conspirativas


Alrededor de sucesos alarmantes, atentados, e incluso desastres naturales olas de teorías conspirativas surgen para tratar de dar sentido a los acontecimientos experimentados o para mistificar la realidad. Varias teorías conspirativas parecen tener argumentos lógicos y evidencia plausible, mientras que otras no, pues se basan mayormente en invención y se crean tergiversando información. El peligro y la belleza de las teorías conspirativas radican en que de cierta forma expresan la duda y descontento que las personas tienen en las autoridades y medios de comunicación y sirven para medir y regular a estas entidades. Así pueden ayudar a crear más transparencia, a formar una audiencia más analítica o simplemente una más sospechosa. Aunque la mayoría de las teorías conspirativas no evolucionan, algunas han servido para llegar a la verdad de los hechos.
 
Es indispensable dejar en claro que la “conspiración” es distinta a la “teoría conspirativa”. La conspiración es un comportamiento humano real, moralmente incorrecto donde una o varias personas actúan en secreto para obtener un objetivo sin importarles causar daño a terceros o romper leyes. Mientras que la teoría conspirativa es el intento de explicar un acontecimiento o varios, de importancia política, social, y económica, echándole la culpa a grupos secretos, o a unas cuantas personas poderosas, quienes supuestamente tienen la capacidad de controlar y manipular estos eventos para satisfacer sus motivos egoístas, potencialmente lucrativos y favorables para ellos o unos pocos.

Por ejemplo, algunas teorías conspirativas sugieren que varios laboratorios y gobiernos han desarrollado enfermedades en las últimas décadas tales como la gripe porcina, la enfermedad de las vacas locas y la gripe A (H1N1) para enriquecer a las farmacéuticas encargadas de desarrollar las curas a estos males. También hay muchas teorías de operación de bandera falsa, es decir complots encubiertos y llevado a cabo por un gobierno, diseñados para culpar a otros y potencialmente ir a guerra, crear nuevas leyes, hacer nuevas inversiones o firmar convenios, etc. 

Según Patrick Leman, psicólogo de la Royal Holloway University, las teorías conspirativas aportan gran valor a la sociedad, pues ayudan a la gente a pensar distinto a como piensan las noticias, de forma independiente, a pesar de que pueden también crear confusión y pérdida de confianza. Además las conspiraciones pueden ser ciertas, y esta mentalidad se debe al conocimiento público de las mentiras gubernamentales o al encubrimiento de información como en el caso Watergate.

Según Michael J. Wood, psicólogo de Kent University, un elemento básico en las creencias conspirativas es la desconfianza en la autoridad. “Los gobernantes son vistos como mentirosos, y quizás como abiertamente malévolos, por lo que… explicaciones alternativas resultarán más creíbles desde el principio”. Sin embargo, los psicólogos e investigadores observan que las personas que creen en una teoría conspirativa pueden creer en otras aunque sean débiles y así mismo en teorías que se contradicen entre ellas. Por lo que hay que tener cuidado y saber discernir entre disparates y posibles verdades que salen a la luz a través de estas teorías.

Entre algunas de las teorías conspirativas más extravagantes tenemos:
-Reptiles extraterrestres dominan el mundo.
-El alunizaje del Apolo 11 fue falsificado por la NASA.
-Los códigos de barras pretendían controlar a la gente.

Entre algunas de las teorías conspirativas que resultaron ser ciertas:
-La Operación MK Ultra: investigación secreta de la CIA para encontrar métodos para controlar la mente.
-El Experimento Tuskegee: estudio sobre la sífilis no tratada realizado en pacientes negros de Alabama.
-La Operación Paperclip: científicos nazis fueron traídos a los Estados Unidos.

Al final de cuentas es muy difícil conocer los verdaderos detalles de todo lo que pasa a nuestro alrededor, pero mientras se nos inunda con noticias y teorías de conspiración sobre algún evento, detengámonos a analizar las otras cosas que están pasando en el mundo y a nuestro al rededor. Seamos críticos y lógicos con la información que tenemos a nuestro alcance, sin olvidar que una sana dosis de curiosidad y duda son siempre importantes.

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