viernes, 31 de mayo de 2013

El poder de sacar humo por la boca

La planta del tabaco ha dividido al mundo en fumadores y no fumadores, y desde que los europeos la descubrieron en América Latina, promoviéndola enseguida por todo el mundo, ha causado que fortunas se construyan en su nombre y que terribles desgracias se den también. La inquisición condenó a esta hoja, en el momento de su introducción a Europa, argumentando que “solo el diablo puede dar al hombre el poder de sacar humo por la boca”. Pero en el nuevo continente los indígenas la usaban milenariamente como hierba medicinal, en rituales sagrados, y en medicaciones diplomáticas cuando se fumaba la pipa de la paz, y su reputación fue siempre positiva. Por lo tanto, la controversia que el tabaco ha sufrido queda altamente vinculada a su contexto histórico-social.
 
En nuestra época la reputación del tabaco es mala principalmente por la manipulación que esta hoja ha sufrido por parte de su industria. Los cigarrillos y productos con tabaco que mayormente se venden no están compuestos solamente de tabaco, sino que contienen también otros químicos y substancias, algunas altamente nocivas, en los filtros y papel y otras mezcladas con el mismo tabaco. Se han descubierto cerca de 4,000 substancias químicas entre los componentes de cigarrillos y entre estos compuestos unos 40 son cancerígenos. 

La industria tabacalera fue desenmascarada públicamente a mediado de los 90 por sus prácticas inescrupulosas. Uno de los casos más famosos fue cuando Jeffrey Wigand, ex-vicepresidente de investigación y desarrollo de la tercera tabacalera más grande del mundo, Brown & Williamson Tobacco Corp., testificó que su compañía manipulaba intencionalmente la nicotina en los cigarrillos para crear más adicción; y que usaba aditivos para mejorar el sabor a pesar de que estos tenían propiedades cancerígenas, entre otros testimonios. Finalmente estas prácticas inescrupulosas le costaron a la B&W alrededor de $264 billones, y obligaron a los gobiernos mundiales a tomar medidas más rigurosas sobre este producto.

La historia de las plantaciones de tabaco en el Caribe y otras regiones también ha dejado huellas de la explotación a los más pobres y a la tierra para el enriquecimiento de un grupo, que para maximizar ganancias y reducir costos se ha valido de todo tipo de artimañas. Tras las prácticas ambiciosas de las compañías de cigarrillos y el denso “humo negro” que han dejado por varios años, el tabaco como producto natural ha sido desprestigiado; pero la hoja del tabaco no es el verdadero demonio aquí. Debemos ser críticos y distinguir a los verdaderos “diablos” en nuestra sociedad.

Según informes de finanzas, las seis tabaqueras más grandes del mundo tuvieron ganancias combinadas de más de $35 billones de dólares sólo en 2011, y las ganancias de esta industria a nivel mundial se estiman en $500 billones a pesar de que las muertes asociadas por fumar siguen a la alza. Este “vicio,” como algunos lo llaman, puede convertirse en letal para muchos y es ciertamente lucrativo para unos pocos.

Tratando de compensar por la alta tasa de fumadores los gobiernos de varios países y regiones tienen impuestos asociados a las cajetillas de cigarrillos y otros productos con tabacos, regulaciones específicas sobre su promoción y distribución, y también tienen claras y cada vez más vistosas advertencias en las cajetillas. Además en 1987 la Organización Mundial de la Salud decretó el 31 de Mayo como el Día Mundial sin Tabaco, con el objetivo de tener un día en todo el mundo de abstinencia de todas las formas de consumo de tabaco y de llamar la atención mundial ante la amplia presencia de cigarrillos y los efectos negativos para la salud y el medio ambiente que estos causan. 

Por donde uno mire la realidad es que los productos no son los culpables de nuestra propia destrucción, sino que es la forma en que nosotros escogemos, usamos y actuamos con relación a estos productos. Lo que sí es cierto es que a diferencia de otras substancias que uno pueda consumir, y que también pueden ser dañinas en exceso como el alcohol y el azúcar, al fumar tabaco se generan “fumadores pasivos” por lo que ha sido necesario regularizar mucho para separar a los que fuman de los que no. En los Estados Unidos y muchos países por muchos años se podía fumar en todas partes, incluso en los aviones y clínicas, y se desconocía de las consecuencias negativas de este hábito. En la actualidad estamos advertidos de lo nocivo que pueden ser algunos productos, entre esos los altamente manipulados cigarrillos, y gracias a esa información tenemos más herramientas para crear conciencia y actuar con discreción.

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